Saliendo de Ogassa tomamos una estrecha pista pavimentada hasta la iglesia de Sant Martí d´Ogassa, donde aparcamos los vehículos e iniciamos nuestra excursión para subir hasta la emblemática cima del Taga. El sendero está bien definido con unas marcas circulares en blanco y verde, después de pasar por un abrevadero y la Font de la Freixa, el desnivel se hace notar hasta que llegamos al collado de la Portella d´Ogassa, donde la visión del Pirineo nevado nos saluda, ahora ya queda el último apretón hasta la cruz del Taga, a partir del collado pisamos nieve (el calor de estos días ha fundido este bello vestido natural de las montañas).
Una vez en la cima, nos deleitamos con las espectaculares vistas: Puigmal, Balandrau, Canigó, Pedraforca, Cadí, Montseny,...que maravilla poder contemplar tantas montañas. (Nos acordamos de las personas que no han podido venir).
Tiempo para recuperar fuerzas, comernos los bocatas y deleitarnos con una tremenda amalgama de conversaciones (desde la limpieza intestinal, viajes y lo bonito que es el amor,...).
El descenso es rápido, aunque hay que tener precaución con los resbalones.
Terminamos la excursión tomando un refresco en la antigua estación de Sant Joan de Les Abadesses, ahora convertida en atractiva Vía Verde.
Los componentes de la excursión de hoy han sido: Ana, Débora, Imma, Loli, Mª Jesús, Mª José, Marina, Montse Martín, Montse Pagès, Susana, Edu, Jordi, José Leiva, José Serrano, Juan Carlos Márquez, Juan Carlos Perea, Marc, Miguel, Tomás y yo.
De todo este magnífico equipo habría que destacar a Marina que con 8 años nos ha dado una gran lección de valentía y coraje subiendo a esta hermosa cima que es el Taga.
3 comentarios:
Una mañana genial, como a nosotros nos gusta, nos has acompañado el tiempo, unas vistas preciosas, rodeados de animalitos, los míos repetirán más veces pero ya les echaré bocata. Lo que es verdad es que siempre se echa en falta a los que no vienen. Me he acordado mucho de Moretti, Conchi y como no, de Cristina.
Un abrazo enorme
Culoinquieto:
Estos días tan intensos son un regalo de la vida. Y bueno es acordarse de los que no pueden acompañarnos, aunque siempre están en nuestro corazón.
Un abrazo, amigo.
Una preciosa excursión, José Antonio y siempre en estupenda compañía. Me gusta mucho la foto de la pequeña iglesia. Estupendo que ya puedas volver a tu vida habitual, y que nos lo enseñes.
Un abrazo y recuerdos al grupo
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