Aparcando cerca de la iglesia de Sant Andreu de Gurb, seguimos las marcas del PR C41, que nos lleva primero hacia la ermita de Sant Roc (donde se pueden observar unas curiosas pinturas de interior), cruzamos una zona erosionada hasta llegar a un estrecho sendero entre pinares que se enfila hasta la cima coronada por una senyera catalana y una mesa de orientación que nos señala las buenas vistas que disfrutamos desde el Montseny hasta el Pirineo. Disfrutamos del bocadillo desde este precioso mirador. La subida hasta aquí nos ha llevado una hora aproximadamente.
En la cima podemos encontrar restos de la cisterna y muro del antiguo castillo de Gurb.
Lugar para recomendar (en diciembre volveremos aquí con las salidas de Caminar y Sentir).
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